PLACA en terreno: Entrevista a la investigadora Myrian Barrionuevo

Entrevista a Myrian Barrionuevo, investigadora:

“Es imprescindible trabajar juntos, ya que compartir los saberes es parte de la solución de bajo costo”

 

Conversamos con una de las ganadoras del concurso “Soluciones Tecnológicas de Bajo Costo y/o Basados en Recursos Locales”, de la versión 2022. Myrian Barrionuevo, que ha centrado su trabajo en torno a la agroecología, nos contó las problemáticas que busca resolver, los avances de sus proyectos y su mirada en torno al proceso de construcción colectiva del conocimiento.

 

El año 2022 más de 80 proyectos postularon a la Primera Versión del Concurso “Soluciones tecnológicas de bajo costo y/o basadas en recursos locales”, iniciativa organizada por el grupo de trabajo de Gestión de Conocimientos (GTT3) de la Plataforma de Acción Climática en Agricultura de Latinoamérica y el Caribe (PLACA).

Este concurso, dirigido a todos los países de América Latina y el Caribe, nació con el fin de conocer las soluciones tecnológicas que se estaban trabajando en la región a nivel de agricultura y ganadería en un contexto de adaptación y mitigación al cambio climático. Su principal característica es que fueran de bajo costo o que estuvieran basadas en recursos locales de las comunidades. 

“Recuperación de nutrientes: elaboración de biofertilizantes a partir de recursos locales”, fue uno de los proyectos ganadores, liderado por la investigadora argentina Myrian Barrionuevo quien se ha especializado en agroecología, en particular en el reciclaje de nutrientes.

Actualmente se desempeña en el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) Región Patagonia del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, en Plottier, provincia de Neuquén, Argentina.

En esta primera edición del Newsletter de PLACA quisimos conversar con ella y conocer más los alcances de su proyecto.

 

¿Cómo nació su interés por la agroecología? ¿Cómo fueron sus inicios?

Mi interés por la agroecología nació a mediados de los 80 cuando estudiaba ingeniería agronómica en la Universidad Nacional del Comahue. Allí, fui parte de la Comisión Ecológica del Centro de Estudiantes de Agronomía y desde entonces he trabajado en proyectos agroecológicos de diferente envergadura con agricultores/as familiares de la Patagonia. 

 

¿Qué problema buscaba solucionar con su proyecto “Recuperación de nutrientes: elaboración de biofertilizantes a partir de recursos locales”?

El proyecto pretende resolver el acceso a insumos que mejoran la fertilidad física, química y biológica, actual y potencial del suelo y disminuir el uso de aquellos de síntesis química que tienen un costo elevado. En este sentido, la incorporación de materia orgánica es vital en suelos de zonas semiáridas sean estas de secano o bajo riego. 

 

¿Cómo llegó a la Plataforma de Acción Climática y qué apoyo le ha brindado la misma?

A la plataforma llegué buscando metodologías para actualizar formas de trasmitir experiencias entre los agricultores. Es decir, como hacer un video y utilizar algunas herramientas de internet. Encontré además material gráfico y otros recursos que me facilitaron el contacto con otras personas y presentarme al concurso.

 

¿Qué avances ha tenido su proyecto el último año?

Hemos tenido muchos avances importantes. Uno de ellos es haber conseguido la ampliación del financiamiento para fortalecer dos fábricas de insumos orgánicos del proyecto “A50 Afianzamiento de la soberanía alimentaria mediante estrategias de producción y comercialización agroecológicas territoriales”. Este dinero permitirá avanzar en la consolidación de obras en cooperativas y asociaciones de la agricultura familiar.

Esta iniciativa es parte del Programa “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la nación Argentina. 

Por otro lado, se caracterizó un nuevo residuo con potencial para biofertilizante y control de nematodos procedente de la madera de la producción familiar de gírgolas (Pleurotus ostreatus) en la localidad de Plottier, provincia de Neuquén. 

A partir del conocimiento generado, se reutiliza el material para la elaboración de compost mezclado con estiércol de gallina, dando valor a un material que por lo general se quema o estiba hasta que se utiliza como leña. El emprendimiento ya realizó su primera venta en feria y dispone de material para continuar con la producción de compost.

Adicionalmente, se probaron los bio preparados a base de ají, ajo y jengibre para control de plagas en un ensayo a campo con cinco variedades de tomate en la localidad de Picún Leufú (Neuquén). La parcela fue visitada por productores y profesionales. 

En la actualidad, se procesan los datos de los monitoreos de las trampas de colores amarillo y azul utilizadas en los diferentes tratamientos. Estas experiencias se presentarán en el III Simposio de Residuos Agropecuarios y Agroindustriales de NOA y Cuyo y en el III Congreso Argentino de Agroecología respectivamente.

Sumado a esto, el equipo integrado por INTA, Universidad Nacional del Comahue y organizaciones de productores hemos sido invitados a participar de eventos como el encuentro de la Asociación Argentina de Agricultura Biológico Dinámica y de la conformación de Nodo Territorial de Agroecología del Comahue (Patagonia Norte). 

En el mismo sentido, en septiembre finalizó la serie de capacitaciones sobre producción de biofertilizantes y enmiendas, organizadas por el equipo que aprovecha el otoño e invierno cuando hay menos actividad en el campo para promocionar y estimular la producción de compost, bocashi y sus derivados líquidos obtenidos mediante extracciones en agua con aireación forzada. 

Además, se han realizado visitas a dos emprendimientos de frutales que se encuentran en transición para diseñar la estrategia en manejo del suelo y reciclaje de subproductos en la finca en Cinco Saltos (Río Negro).

 

¿Cuál es el hito más relevante que ha tenido su proyecto?

El hito más importante es el fortalecimiento de las fábricas mediante el vínculo con productores que están en transición y no disponen de estos insumos en el mercado.

La mención obtenida en el concurso de PLACA permitió dar visibilidad a los trabajos del equipo tanto al interior de las instituciones como hacia la comunidad, motivo por el cual hemos participado de entrevistas en radio, medios escritos y redes sociales. 

Este logro sirve de ejemplo para que otros equipos se animen a participar de convocatorias similares.

 

¿Qué le gustaría decir a otros investigadores de América Latina sobre seguir trabajando en soluciones de bajo costo para hacer frente al cambio climático?

A mis colegas investigadores latinoamericanos les diría que es imprescindible trabajar juntos ya que compartir los saberes es parte de la solución de bajo costo. Además, cualquier aporte por pequeño que parezca puede lograr un impacto insospechado junto a otros en el proceso de construcción colectiva del conocimiento.

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